lunes, 10 de noviembre de 2014

Charles Bukowski: Mujeres (1979)


Charles Bukowski: Mujeres. Barcelona, Anagrama, 2011.

Henry Chinaski tiene cincuenta años y comienza a ser reconocido en el panorama literario de Los Angeles. Las consecuencias de este éxito incipiente son 1)tener algo de dinero en el banco y 2) que un montón de mujeres quieren de pronto acostarse con Chinaski. Este acepta, por supuesto, para desquitarse de tantos años de abstinencia sexual forzada pero también para iniciar un proceso de conocimiento tanto de sí mismo como de las mujeres:

"Tenía que probar mujeres para llegar a conocerlas bien, entrar en ellas. [...] Así que las exploraba lo mejor que podía y encontraba dentro de ellas seres humanos. Entonces me olvidaba de la literatura, el hecho de escribir se quedaba en segundo término y a mí me poseía el episodio en sí. Cuando se acababa, la literatura era el residuo que quedaba de ello." pág. 248
 
Este proceso de autoconocimiento y conocimiento de las mujeres habría de desembocar en esta novela (pues Chinaski no es otro que Bukowski y este ha afirmado que gran parte de su obra está basada en sus propias experiencias). Otros temas recurrentes del autor que aparecen en Mujeres son el acohol, la pérdida, las peleas y también el amor. Todo esto en contado con buenas dosis de humor que pueden hacer que el libro pase por  superficial pero sin embargo este esconde alguna reflexión interesante sobre estos temas:

"¿Por que siempre más mujeres? ¿Qué intentaba hacer? Los nuevos ligues eran excitantes, pero también eran un trabajo duro. El primer beso, el primer polvo tenían algo de teatro. La gente era interesante al principio. Luego más tarde, lenta pero firmemente toda la mala leche y la chifladura se ponían de manifiesto. Yo iba significando menos y menos para ellas; ellas iban significando menos y menos para mí" pág. 80

Y también hay, obviamente, un cierto tono poético:

"Mujeres: me gustaban los colores de sus ropas, su manera de andar, la crueldad de algunos rostros, de vez en cuando la belleza casi pura de una cara, total y encantadoramente femenina. Estaban por encima de nosotros, planeaban mejor y se organizaban mejor. Mientras los hombres veían el fútbol o bebían cerveza o jugaban a los bolos, ellas, las mujeres, pensaban en nosotros, concentrándose, estudiando, decidiendo, si aceptarnos, descartarnos, cambiarnos, matarnos o simplemente abandonarnos. Al final no importaba, hicieran lo que hicieran, acabábamos locos y solos" pág 264

NOTA: 7/10

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