miércoles, 7 de mayo de 2014

Don DeLillo: La calle Great Jones (1973)


Don DeLillo: La calle Great Jones. Barcelona, Seix Barral, 2013.

La calle Great Jones cuenta el retiro de Bucky Wunderlick, famosísima rockstar, a un piso de la calle Great Jones. La paz del exilio durará poco pues a Bucky no paran de visitarle sus managers para que vuelva a los escenarios, los periodistas para conseguir alguna exclusiva e incluso una extraña comunidad llamada La comuna agrícola del Valle Feliz para meterlo en un asunto de drogas. Este último elemento es el que hace avanzar la trama hasta el final, pero tal vez más importante que la trama sea la atmósfera que plasma DeLillo en la novela, el ambiente de utopía convertida en distopía de principios de los setenta.

La desconfianza hacia el Estado, el instinto de muerte, los excesos ("La fama requiere toda clase de excesos" es la frase que abre el libro) o la idea de privacidad rondan todo el libro:

"El Valle Feliz cree que la privacidad es la libertad esencial que esta nación, país o república ofreció de entrada. Ellos creen que tú ejemplificas alguna antigua idea de hombre a solas con la tierra. Te has salido de tu leyenda para buscar la libertad personal. Según ellos, no hay libertad sin sin privacidad. El regreso del hombre privado, según ellos, es la única forma de destruir la idea del hombre masa. el hombre masa nos estropeó las libertades. Volvernos hacia adentro nos las devolverá. La soledad revolucionaria. Volverse todos haca dentro." pág. 74

Pero la novela también toca temas trascendentales, comunes a todas las épocas y culturas, como por ejemplo el de la violencia:

"Lo que lo inició fue el pensamiento abstracto. Cuando el hombre empezó a pensar en abstracto pasó de matar para conseguir comida a matar por las palabras y por las ideas. Tal vez con la violencia irracional estemos entrando en un ciclo nuevo. Se acabó el pensamiento abstracto y se acabó el pensamiento concreto. Violencia sin propósito." pág. 216

En cuanto al estilo de DeLillo, aunque esta es una de sus primeras novelas, advertimos ya en ella la calidad de su prosa. Así describe la calle Great Jones:

"Era una calle antigua. De hecho, sus materiales eran su esencia, lo cual explicaba la fealdad de hasta el último centímetro. Pero no era una miseria terminal. Hay calles que en plena decadencia poseen una especie de tono redentor, cierta sugerencia de formas nuevas que están a punto de evolucionar, y Great Jones era una de aquellas calles, siempre suspendida al borde de la revelación. Papel, hilo, cueros, herramientas, hebillas, monturas y artículos de regalo. Alguien abrió la puerta de la empresa de pulidos. Por los adoquines de la calle Lafayette llegaban camiones viejos retumbando. Los camiones se turnaban para subirse a la acera, donde varios de ellos se pasaban el día entero, ligeramente escorados, y a su alrededor caminaban hombres barrigudos con sujetapapeles en las manos, con facturas, con recibos de carga entregada, unos hombres que jamás paraban de tirarse de los pantalones para arriba. Una mujer negra emergió de la mancha de un coche abandonado, recitando entrecortadamente una canción. De la bahía llegaba un viento cortante.” pág. 26.

NOTA: 7,5/10

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