domingo, 14 de diciembre de 2014

Francis Scott Fitzgerald: El gran Gatsby (1925)

Francis Scott Fitzgerald: El gran Gatsby. Barcelona, RBA, 2012.

El gran Gatsby se presenta como una novela dentro de otra novela. Dentro de la novela de Fitzgerald, el narrador es Nick Carraway, que a su vez está leyendo en primera persona unas notas o apuntes sobre sus vivencias en el vecindario de clase alta al que acaba de mudarse. El personaje de Nick es importantísimo, pues es a través de sus ojos (simpáticos y bondadosos, casi nunca juiciosos) que vemos al resto de personajes. En esta nueva etapa de su vida, a Nick le toca por vecino a un misterioso y carismático personaje, Jay Gatsby:

"-Yo soy Gatsby -dijo de pronto.
-¡Qué!- exclamé-. Le pido disculpas.
-Pensé que lo sabía socio. Me temo que no soy muy buen anfitrión.
Esbozó una sonrisa comprensiva..., mucho más que comprensiva. Una de esas raras sonrisas eternamente tranquilizadoras con las que uno se topa cuatro o cinco veces en la vida. Se enfrentaba por un instante -o eso parecía- al mundo exterior, y luego se concentraba en ti con un irresistible prejuicio en tu favor. Te entendía tanto como quisieras, creía en ti tanto como tú creyeses en ti mismo y te daba a entender que habías causado exactamente la impresión que esperabas transmitir" pág. 77

La fama de Gatsby viene dada por las fiestas por todo lo alto que da en su casa, a las que asiste muchísima gente que, sin embargo, de Jay Gatsby solo conoce rumores. En estas fiestas Fitzgerald aprovecha para recrear una atmósfera tremendamente superficial que vendría a criticar la decadencia de la clase alta americana de los locos años veinte.

Pero como bien dice Mario Vargas Llosa en el fantástico prólogo que acompaña a la edición que reseño, esta crítica o crónica está presente sobretodo en la primera parte del libro, y hacia la mitad este se transforma en una historia romántica protagonizada por el triángulo amoroso: Gatsby - Daisy (prima de Nick Carraway - Tom Buchanan. De hecho, por lo poco que se nos revela del pasado de Gatsby nos damos cuenta de que él y Daisy ya se habían conocido pero su amor no había sido posible porque James Gatz (auténtico nombre del protagonista) era un chaval pobre y del campo mientras que Daisy ya formaba parte de la clase alta. Así pues, toda la nueva vida de Gatsby no es más que una fachada, un medio para lograr lo que siempre ha querido, el amor.

Sin embargo, por cosas del destino (concepto clave, la tercera parte de la novela tiene un caracter trágico) la trama da un giro y la consumación de este amor no será posible tampoco ahora que Gatsby ha hecho fortuna. Para él el final es sangriento. Nosotros, los lectores, asistimos al motivo clásico de la caída del héroe.

"Gatsby creía en la luz verde, en el orgásmico futuro que año tras año se aleja de nosotros. Nos esquivó entonces, pero no importa..., mañana correremos más deprisa, extenderemos más los brazos... Y una bonita mañana... Y así seguimos bogando, como botes contra la corriente, arrastrados incesamente hacia el pasado" pág. 222

NOTA: 8/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario