martes, 9 de diciembre de 2014

Federico García Lorca: Poeta en Nueva York (1940)


Federico García Lorca: Poeta en Nueva York. Madrid, Austral, 2011.

Escrito tras una estancia de un año en la Nueva York de 1929, este poemario plasma las impresiones que le dejaron a García Lorca sus experiencias como extranjero en Nueva York. La subjetividad y la experiencia personal por lo tanto es importante, y como el mismo autor defendía en la conferencia que completa la edición de Austral, tanto valdría decir Poeta en Nueva York que «Nueva York en un poeta». La ciudad que plasmó el poeta (y que por lo tanto experimentó) fue una ciudad mecánica, con gente que iba a ritmo frenético y sin detenerse para mirar a nada ni a nadie, lo que a un hombre del sur de España como era Lorca le hacía sentirse tremendamente vacío y solo:

"Los dos elementos que el viajero capta en la gran ciudad son: arquitectura extrahumana y ritmo furioso. Geometría y angustia. En una primera ojeada el ritmo puede parecer alegría, pero cuando se observa el mecanismo de la vida social y la esclavitud dolorosa de hombre y máquina juntos, se comprende aquella típica angustia vacía que hace perdonable, por evasión hasta el crimen y el bandidaje" pág 167.

Para plasmar esta experiencia Lorca echa mano de recursos surrealistas. Predomina el uso de símbolos (el niño, los reptiles, las vacas, el agua) relacionados en su mayoría con la muerte y abundan también las asociaciones ilógicas de palabras. De acuerdo con Piero Menarini en el prólogo, "La capacidad de formular asosiaciones verbales imposibles para la lógica lingüística racional, permite a la poesía superar constantemente los límites de la experiencia sensible y descubrir las verdades escondidas, quizá las más definitivas. Es decir, el lenguaje poético más que instrumento de expresión es ante todo instrumento de búsqueda de lo que se encuentra más allá de la fachada de las cosas y de los hechos." pág. 20

Pero el poemario no se queda en una mera descripción en clave surrealista de una ciudad de angustia y muerte sino que también hace denuncias. Lorca no abandona aquí la conciencia social que sale a relucir sobretodo para defender a los que el veía como parias en esta sociedad, los negros:

"El mascarón bailará entre columnas de sangre y de números,
entre huracanes de oro y gemidos de obreros parados.
que aullarán, noche oscura, por tu tiempo sin luces.
¡Oh salvaje Norteamérica!,¡oh impúdica!,¡oh salvaje!" pág 74


Para finalizar con el tema dominante en el libro, la angustia o vacío existencial, destaco estos versos del poema Paisaje de la multitud que vomita:

"Me defiendo con esta mirada
que mana de las ondas por donde el alba no se atreve,
yo, poeta sin brazos, perdido
entre la multitud que vomita,
sin el caballo efusivo que corte
los espesos musgos de mis sienes" pág. 78


Poemas favoritos: Danza de la muerte, Paisaje de la multitud que vomita y Poema doble del lago Eden.


NOTA: 7/10

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