domingo, 3 de agosto de 2014

Ernest Hemingway: El viejo y el mar (1952)


Ernest Hemingway: El viejo y el mar. Barcelona, Debolsillo, 2012.

En El viejo y el mar se narra la lucha épica entre un anciano pescador cubano, Santiago, y un marlín de enormes dimensiones, la mayor presa de su vida. A pesar de su experiencia, Santiago lleva ochenta y cuatro días sin capturar un solo pez [...]. Santiago siempre había contado con la presencia de Manolín, su joven ayudante, por el que sentía un gran afecto; pero ahora los padres del chico le han prohibido que continúe con el viejo, obligándolo a que trabaje en embarcaciones más afortunadas. [...] Santiago establece una relación de igualdad con el pez, hablando con él y llegándole a llamar hermano. Ambos están hermanados por el sufrimiento y el valor, unidos por el sedal con el que el viejo se ha enrollado la espalda y la mano para hacer más fuerza.*

Los temas que toca el libro son típicos de Hemingway. La lucha entre Santiago y el marlín y la dignidad que hay en esta y también en la derrota tal y como el pescador la afronta.

El estilo de Hemingway es conciso, poco ornamentado y busca acercarse a la objetividad (de ahí el uso del narrador omnisciente en la mayoría del relato). Sin embargo, el escritor logra aún con este estilo tan directo logar una prosa de gran belleza.

"Siempre llamaba al océano la mar, que es como lo llama la gente que lo ama. A veces quienes lo aman hablan mal de él, pero siempre lo hacen como si fuese una mujer. Algunos pescadores más jóvenes [...] lo llamaban el mar, en masculino. Y hablaban de él como un rival, o un lugar, o incluso un enemigo. Pero el viejo siempre se refería a él en femenino y como algo que concedía o rehusaba grandes favores y que si hacía cosas malvadas y violentas era porque no podía evitarlo. La luna le afecta igual que a las mujeres, pensó" pág. 32

*Extractos de la guía de didactica que completa esta edición.

NOTA: 8/10

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